Varios líderes europeos cargaron contra el magnate estadounidense Elon Musk, y advirtieron que el dueño de X supone un peligro para la democracia al inmiscuirse en la política de países como Alemania.
Musk, que también es asesor del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha mostrado su apoyo a la candidata a canciller del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel, para las próximas elecciones en este país.
El multimillonario, que formará parte de la administración de Trump, ha llamado tonto al canciller alemán, Olaf Scholz, y tirano antidemocrático al presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, entre otros excesos verbales contra políticos europeos.
La Comisión Europea (CE) insistió en que Musk tiene derecho a la libertad de expresión, pero advirtió que analizará cualquier riesgo para la democracia ante las próximas elecciones en Alemania en virtud de la Ley de Servicios Digitales comunitaria.
“Hay ciertos límites, especialmente cuando una plataforma se utiliza o se abusa de ella en ese contexto”, indicó el portavoz comunitario Thomas Regnier.
El magnate ha anunciado en su red social para el próximo jueves una entrevista en directo con Weidel, a cuya formación considera la única capaz de salvar a Alemania.
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, acusó a Musk de apoyar una nueva internacional reaccionaria y de interferir en las elecciones de otros países, como Alemania.
Macron avisó de que hay una internacional de reaccionarios que representa a grandes intereses financieros privados, que aprovecha que «nuestras democracias liberales no han sido suficientemente eficaces» en la protección de la clase media.
También aseguró que las grandes empresas tecnológicas, a la vez que ofrecen nuevas posibilidades, están haciendo que los Estados se sientan amenazados por su creciente poder.
El primer ministro noruego, Jonas Gahr Støre, se mostró preocupado por los recientes comentarios del multimillonario tecnológico Elon Musk acerca de la situación política en Alemania y otros países.
El líder del Partido Liberal de Alemania (FDP) y exministro de Finanzas, Christian Lindner, admirador del multimillonario, acusó al dueño de X, Tesla y Space X, de querer generar caos y debilitar el país centroeuropeo al apoyar a la ultraderecha.
Lindner admitió que la intervención de Musk en la campaña electoral alemana causó «enormes olas» de indignación.
Musk también ha cargado contra políticos británicos, como el primer ministro laborista, Keir Starmer, a quien acusó en X de ser «culpable de crímenes terribles contra el pueblo británico» por no investigar las «violaciones masivas» en Reino Unido cuando era el jefe de la Fiscalía.
También contra la viceministra británica de protección y violencia contra las mujeres y niñas, Jess Phillips, a la que calificó de apologista del genocidio por violación y dijo que debería ser «encarcelada» por su rechazo a la solicitud de una investigación pública sobre bandas organizadas de abuso sexual infantil.
Musk también ha cuestionado al líder del partido británico de ultraderecha Reform UK, Nigel Farage, al asegurar no está capacitado para seguir en el cargo.