Algunos migrantes que intentaban evitar ser arrestados prendieron fuego a mantas y colchones en un campamento en la ciudad de Chihuahua durante una redada de las fuerzas gubernamentales para despejar el lugar.
La actuación del control migratorio de México cerca de la frontera con Estados Unidos se produce justo antes de la investidura del presidente electo estadounidense Donald Trump, quien ha acusado al gobierno de México de no hacer lo suficiente para frenar la migración a Estados Unidos y amenazó con aumentos de aranceles.
Fueron alrededor de unos 250 funcionarios mexicanos, incluidos oficiales con equipos antidisturbios, quienes rodearon el campamento alrededor de la medianoche, según testigo Reuters.
Los migrantes comenzaron a prender fuego a los colchones y las mantas en protesta, narró el testigo, y buscaron formas de salir del lugar llevando a sus bebés y sus pertenencias.
Afortunadamente no se reportaron muertos ni heridos en el incendio, que fue extinguido en menos de una hora. El Instituto Nacional de Migración (INM) no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Un funcionario de migración que no estaba autorizado a hablar con la prensa dijo que el objetivo de la operación era llevar a los migrantes a la frontera sur de México, donde se les indicaría que regresaran a sus países de origen.
Aun no se tiene claro cuantas personas fueron detenidas. Muchos de los migrantes eran venezolanos que habían parado en el campamento de la ciudad de Chihuahua, a unos 360 kilómetros de la ciudad fronteriza de Ciudad Juárez, frente a El Paso, Texas, mientras se dirigían al norte hacia Estados Unidos.