El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump informó que quiere que convertir la prisión militar de Guantánamo, normalmente reservada para presos acusados de terrorismo, en un lugar pata albergar a hasta 30 mil migrantes en situación irregular.
Afirmó que firmará un decreto para los Departamentos de Defensa y Seguridad Interior para iniciar la preparación de las instalaciones para 30 mil migrantes en la bahía de Guantánamo; en su discurso se refirió a los inmigrantes como criminales en situación irregular.
Fue durante su campaña presidencial, que Donald Trump denunció una invasión de migrantes, a los que acusa de envenenar la sangre de Estados Unidos y de haber provocado una ola de criminalidad, algo que ninguna estadística oficial demuestra
La prisión de la bahía de Guantánamo fue inaugurada en 2002, dentro de una base militar estadunidense en Cuba, como parte de la guerra contra el terrorismo declarada por el expresidente George W. Bush tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Por ella han pasado por ella cientos de prisioneros, incluidos algunos miembros de Al Qaida. Es polémica por sus extremas condiciones de detención y el uso de tortura.
Los expresidentes demócratas Joe Biden y Barack Obama prometieron cerrarla, pero ninguno lo logró durante sus mandatos.
En septiembre pasado, el New York Times obtuvo documentos gubernamentales que muestran que la base militar de Guantánamo también se ha utilizado durante décadas para encarcelar a algunos migrantes interceptados en el mar.
Algunas asociaciones denuncian el trato que reciben, basándose en testimonios que aseguran que se vigila a los migrantes cuando llaman a un abogado, les obligan a ponerse gafas de sol durante el transporte y las instalaciones están llenas de ratas debido a las deplorables condiciones de higiene.
En sus primeros años, Guantánamo llegó a alojar a cerca de 680 prisioneros. A lo largo del tiempo, este número ha disminuido significativamente; para enero de 2022, permanecían 39 detenidos en sus instalaciones.
A pesar de los esfuerzos por cerrar la prisión, diversos obstáculos legales y políticos han dificultado su clausura. Las restricciones impuestas por el Congreso de Estados Unidos para transferir detenidos a otros países o al territorio continental estadounidense han sido un factor clave en la permanencia de la prisión. Además, las preocupaciones sobre la seguridad nacional y el destino de los detenidos han complicado aún más el proceso.