Un obispo de la Iglesia de Inglaterra dimitió tras lo que llamó un juicio mediático por las acusaciones de agresión sexual que él ha negado, pero que han profundizado una crisis en la iglesia madre de la Comunión Anglicana.
El obispo de Liverpool, John Perumbalath, anunció su decisión tras la dimisión en noviembre de Justin Welby como arzobispo de Canterbury, el líder de facto de los 85 millones de anglicanos de todo el mundo, tras las conclusiones independientes de que Welby debería haber hecho más para detener a un abusador de menores en serie.
Perumbalath negó las acusaciones hechas en un programa emitido el martes por el canal de televisión Channel 4 News de que agredió sexualmente a una mujer en distintas ocasiones entre 2019 y 2023, y de que acosó sexualmente a un compañero obispo.
“No deseo que esta historia se convierta en una distracción para esta increíble diócesis y su gente, a la que ha sido un honor y una alegría servir”, dijo en una carta publicada en el sitio web de la Diócesis de Liverpool.
Perumbalath, que es del estado indio de Kerala, dijo que su renuncia no era una admisión de responsabilidad o culpa.
“Esta prisa por juzgar y mi juicio por los medios (ya sean sociales o televisivos) han hecho que mi posición sea insostenible debido al impacto que tendrá en la Diócesis de Liverpool y la iglesia en general mientras esperamos más revisiones y próximos pasos”, agregó.
La Iglesia dijo que su equipo de protección no había encontrado pruebas suficientes para presentar una queja relacionada con la protección después de un informe de presunta mala conducta contra Perumbalath a principios de 2023.
Dijo que un juez independiente había rechazado otra queja de otra mujer porque no se presentó dentro del plazo de un año.
Perumbalath, de 58 años, fue ordenado sacerdote en la Iglesia del Norte de la India en 1994 antes de mudarse a Gran Bretaña para unirse a la Diócesis de Rochester, en el sur de Inglaterra, en 2001. Había sido obispo de Liverpool desde 2023.
Perumbalath dijo que se retiraba del ministerio activo de inmediato, aunque aún no se había determinado la fecha en la que terminaría formalmente su función.
Los altos dirigentes de la diócesis reconocieron su decisión y la calificaron de “una situación profundamente dolorosa”.