El régimen de Kim Jong-un ha logrado evadir sanciones haciendo uso de actividades ilegales para obtener tecnología clave.
El programa nuclear de Corea del Norte es una pieza clave para la permanencia de Kim Jong-un en el poder, y desde el estancamiento en 2019 de las negociaciones para el desmantelamiento de sus capacidades armamentísticas, el supremo líder norcoreano ha evadido las sanciones internacionales que limitan su programa nuclear.
Tanto Estados Unidos como el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas han impuesto candados a las exportaciones hacia Corea del Norte. La resolución 2276 del Consejo de Seguridad prohíbe la enseñanza a ciudadanos norcoreanos de temas que se pudieran relacionar con el programa nuclear.
Pero el régimen de Kim Jong-un ha logrado evadir sanciones haciendo uso de actividades ilegales para obtener tecnología clave.
Fue mediante un reporte del Instituto de Ciencia y Seguridad Internacional (ISIS) se detalla un esquema ilegal por medio del cual el régimen de Kim Jong-un obtuvo un horno de vacío de uso dual capaz de derretir uranio, necesario para el aprovechamiento del material radiactivo enriquecido usado en armas nucleares.
La maniobra comenzó en España, donde el horno de vacío fue enviado a México de manera legal y con un código arancelario correcto. Una vez en nuestro país, una entidad desconocida cambió el código arancelario y envió el aparato hacia Sudáfrica, esta vez clasificándolo como maquinaria.
En el continente africano, los documentos de embarque volvieron a cambiar para hacerlos pasar por chatarra metálica y ser enviados a China, donde finalmente encontraron su camino a Corea del Norte.
El reporte de ISIS ahonda en la dificultad de detectar códigos arancelarios apócrifos; sin embargo, también apunta que todos los países involucrados en la triangulación de la tecnología son miembros del Grupo de Proveedores Nucleares (NSG) y, por lo tanto, tienen la responsabilidad de evitar el traslado de material que pueda ser utilizado para la proliferación de armas nucleares.
Si bien esta triangulación obliga a los países a reforzar su vigilancia, no es la única manera en la que Corea del Norte burla las sanciones internacionales. Un reporte de 2020 de la Asociación para el Control de Armas encontró que Pyongyang utiliza una red de piratería y operaciones cibernéticas para importar productos no solo para su programa nuclear, sino también para la obtención de combustibles.
A pesar del tamaño de su economía, Corea del Norte invierte una gran parte de sus recursos en el desarrollo de su programa nuclear, civil y armamentístico.
Pese a los esfuerzos del régimen, la sofisticación de sus métodos de entrega aún se encuentra en duda, pues mientras Kim Jong-un afirma que su programa de misiles es capaz de alcanzar el territorio continental de Estados Unidos, se cree que el tamaño de sus Misiles Balísticos Intercontinentales los hace poco efectivos en situaciones de combate.
El desarrollo de armas nucleares y el programa de misiles de Corea del Norte genera la posibilidad de proliferación; algo no deseado por ninguna de las potencias globales.