El país nipón tiene como meta reducir las emisiones de carbono en un 60% para 2035 respecto a los niveles de 2013, y en un 73% para 2040.
El gobierno de Japón adoptó nuevos objetivos de descarbonización con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en más del 70% respecto a los niveles de 2013 en los próximos 15 años, aprobando un renovado plan energético para ayudar a alcanzar esta meta.
Esto forma parte de un plan climático actualizado que se espera ayude al país a lograr la neutralidad de carbono para 2050.
Bajo el nuevo plan climático adoptado por el gobierno, Japón tiene como meta reducir las emisiones de carbono en un 60% para 2035 respecto a los niveles de 2013, y en un 73% para 2040. Japón había establecido previamente un objetivo de reducción del 46% para 2030.
Los objetivos son conocidos como Contribuciones Nacionalmente Determinadas, o NDC, bajo el Acuerdo de París, y serán presentados a las Naciones Unidas.
Para el 2035, el objetivo de Japón ha enfrentado críticas de grupos ambientalistas porque aún está seis puntos por debajo de la reducción necesaria para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales según el Acuerdo de París.
El plan reemplaza la versión actual establecida en 2021 y propone aumentar las energías renovables hasta cubrir la mitad de las necesidades eléctricas para 2040, al tiempo que maximiza el uso de energía nuclear para satisfacer la creciente demanda de energía en la era de la IA, cumpliendo con los objetivos de descarbonización.
Marca el fin de la política de eliminación gradual de la energía nuclear de Japón adoptada tras la crisis de fusión de 2011 en la planta de energía Fukushima Daiichi, que llevó al desplazamiento extenso de residentes y a un persistente sentimiento antinuclear.
Además establece que la energía nuclear debería representar el 20% del suministro energético de Japón en 2040, mientras que las energías renovables se expandirían al 40-50% desde casi el 23% y la energía a base de carbón se reduciría al 30-40% desde casi el 70%.
El plan energético coloca a las energías renovables como la principal fuente de energía y llama al desarrollo de fuentes de energía de próxima generación, como baterías solares y paneles solares portátiles.