TRENDING

El hallazgo de estas especies de colibríes se suma a un incremento generalizado en la diversidad de aves en Chapultepec.

El Bosque de Chapultepec, es reconocido como uno de los espacios naturales más importantes de la CDMX, y ha sido el escenario de hallazgos significativos en el ámbito de la ornitología.

Por sus diversos ecosistemas y a la biodiversidad de la zona, el bosque ha permitido estudios que enriquecen el conocimiento sobre las especies locales.

Recientemente, observaciones realizadas en la segunda sección del Bosque de Chapultepec han llevado al descubrimiento de cinco nuevas especies de colibríes. ​

​Este avance ha sido posible gracias al Monitoreo Participativo de Aves, un proyecto coordinado por el Museo de Historia Natural y Cultura Ambiental (MHNCH) en colaboración con la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema), que ha facilitado la identificación y seguimiento de estas aves en su hábitat natural.

Durante los recorridos de observación de aves, que se llevan a cabo en Chapultepec, se documentó la presencia de cinco especies de colibríes en el año 2023 de las que no se tenía conocimiento.

Este registro sugiere una mejora en las condiciones del hábitat y una mayor disponibilidad de recursos naturales para estas aves, pero también responde a la importancia de este tipo de programas donde se puede registrar la presencia de estos individuos mediante la observación, así lo comentó Azucena Olvera Arredondo, responsable del programa de monitoreo participativo de aves.

“Este aumento se atribuye a la creación de oportunidades para que la gente visite y participe en actividades de observación, lo que ha permitido documentar y proteger la biodiversidad local. Un ejemplo destacado es el registro de cinco nuevas especies de colibríes en 2023, las cuales volvieron a ser observadas en 2024, y se espera su presencia nuevamente en 2025.”

El hallazgo de estas especies de colibríes se suma a un incremento generalizado en la diversidad de aves en Chapultepec. En los últimos 10 años, el número de especies de aves registradas en el bosque ha pasado de 100 a 180.

Esta información nutre plataformas como “AverAves” de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) que ha sido clave para la documentación y difusión de estos datos, permitiendo que más personas contribuyan al registro de avistamientos e incluso se interesen en visitar nuestro país.

Mediante los programas como el monitoreo participativo y el curso “Tropa Pajarera”, se fomenta el interés por la observación de aves y se concientiza a la comunidad sobre la relevancia de la biodiversidad en entornos urbanos.

La ciencia participativa se ha convertido en una herramienta esencial para la preservación del ecosistema, permitiendo que la ciudadanía se involucre activamente en la protección del medio ambiente.

Portada de hoy:

Edición Digital:

Más reciente: