Raphaël Glucksmann mencionó que fue un regalo de Francia para los estadounidenses, sin embargo parece que la desprecian.
El político francés Raphaël Glucksmann exigió “Oye, Estados Unidos: Devuélvele a Francia la Estatua de la Libertad”. Esto fue lo dijo un político francés que está acaparando titulares en su país por sugerir que Estados Unidos ya no es digno del monumento que fue un regalo de Francia hace casi 140 años.
Como miembro del Parlamento Europeo y copresidente de un pequeño partido de izquierda en Francia, Raphaël Glucksmann no puede hablar en nombre de todos sus compatriotas.
Pero su afirmación en un discurso pronunciado este fin de semana de que algunos estadounidenses “han elegido ponerse del lado de los tiranos” refleja las repercusiones que ha tenido la política exterior e interior del presidente estadounidense Donald Trump en Francia y otras partes de Europa.
Esta petición la hizo Glucksmann a los seguidores de su partido Public Place, quienes aplaudieron y silbaron. “Fue nuestro regalo para ustedes. Pero aparentemente la desprecian. Así que ella estará feliz aquí con nosotros”, agregó Glucksmann.
Sin embargo la Casa Blanca desestimó los comentarios, y afirmó que Francia debería estar agradecida por el apoyo de Estados Unidos durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
La UNESCO, que tiene la estatua en su lista de tesoros del Patrimonio Mundial, señala que el icónico monumento es propiedad del gobierno de Estados Unidos.
Inicialmente se concibió como un gesto monumental de amistad franco-estadounidense para conmemorar el centenario de la Declaración de Independencia de Estados Unidos del 4 de julio de 1776. Pero una guerra que estalló en 1870 entre Francia y los estados alemanes liderados por Prusia desvió las energías del diseñador del monumento, el escultor francés Frédéric-Auguste Bartholdi.
El regalo también tardó en ser financiado, y se alcanzó la decisión de que los franceses pagarían por la estatua y los estadounidenses cubrirían los costos de su pedestal. La estatua fue transportada en 350 piezas desde Francia, y fue oficialmente inaugurada el 28 de octubre de 1886.
Por ahora el presidente francés Macron tiene que ocuparse de otras cosas, como estar caminando por una línea delgada: tratando de trabajar con Trump y moderar algunos de sus cambios de política por un lado, pero también oponiéndose firmemente a algunas decisiones de la Casa Blanca, notablemente en el tema de los aranceles.
Macron ha dejado que su Primer Ministro, François Bayrou, desempeñe el papel de ser una voz más crítica. Bayrou reprobó la brutalidad que se mostró al presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy durante su visita a la Casa Blanca e insinuó que el gobierno de Trump corría el riesgo de entregar la victoria a Rusia cuando pausó la ayuda militar a Ucrania.
El partido de Glucksmann ha sido aún más crítico, y ha publicado acusaciones en su sitio web de que Trump está ejerciendo el poder de manera autoritaria y que está preparándose para entregar Ucrania en bandeja de plata a Rusia.
En su discurso, Glucksmann hizo referencia a las palabras de la poeta neoyorquina Emma Lazarus sobre la estatua, la mujer poderosa con una antorcha que prometió un hogar para las masas que anhelan respirar libres.
“Hoy, esta tierra está dejando de ser lo que era”, dijo Glucksmann.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, fue cuestionada sobre los comentarios de Glucksmann, y respondió que Estados Unidos definitivamente no se separaría de la icónica estatua.
“Mi consejo para ese político francés de bajo nivel sin nombre sería recordarle que es sólo gracias a Estados Unidos de América que los franceses no están hablando alemán en este momento”, dijo Leavitt, aparentemente haciendo referencia a la lucha de Estados Unidos con las potencias aliadas para liberar a Francia de la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial y junto a Francia durante la Primera Guerra Mundial. “Deberían estar muy agradecidos”.
Leavitt pasó por alto el papel clave de Francia en apoyar a los futuros Estados Unidos durante su guerra por independizarse del Reino Unido.