La empresa Energy Transfer (ET) acusó de orquestar la violencia y la difamación durante la controvertida construcción del oleoducto Dakota Access, hace casi una década.
Un jurado de Dakota del Norte declaró a Greenpeace responsable de difamación y otras demandas presentadas por una empresa de oleoductos en relación con las protestas contra el oleoducto Dakota Access.
El jurado, compuesto por nueve miembros, otorgó a Energy Transfer, con sede en Dallas, y a su filial, Dakota Access, cientos de millones de dólares en daños y perjuicios.
El jurado de Dakota del Norte ordenó a Greenpeace pagar 660 millones de dólares en daños en una demanda muy seguida, presentada por un operador de oleoducto estadunidense, lo que plantea serias preocupaciones sobre la libertad de expresión.
El veredicto supone un duro golpe legal para el grupo de defensa del medio ambiente, al que Energy Transfer (ET) acusó de orquestar la violencia y la difamación durante la controvertida construcción del oleoducto Dakota Access, hace casi una década.
La empresa niega cualquier intención de reprimir la libertad de expresión, celebró el veredicto. El jurado otorgó más de 660 millones de dólares en daños y perjuicios a tres entidades de Greenpeace, citando cargos que incluyen allanamiento, molestias, conspiración y privación de acceso a la propiedad.

Greenpeace prometió apelar el veredicto y continuar con su defensa del medio ambiente. “La realidad es que no se puede llevar a la quiebra a un movimiento”, dijo a la AFP la directora ejecutiva interina de Greenpeace Estados Unidos, Sushma Raman.
Este movimiento existe en todo el mundo: personas que desean un planeta más limpio y verde, la protección de los océanos, los bosques y la tierra. Quienes impulsan organizaciones como Greenpeace continuarán su labor.
Greenpeace Internacional interpuso una contrademanda contra ET en los Países Bajos, acusándola de utilizar demandas por molestias para reprimir la disidencia. La audiencia está programada para el 2 de julio.
En el centro del caso de Dakota del Norte estuvo el oleoducto Dakota Access, donde entre 2016 y 2017 la tribu sioux de Standing Rock lideró una de las mayores protestas contra los combustibles fósiles en la historia de Estados Unidos.
Las manifestaciones dejaron cientos de detenidos y heridos, lo que atrajo la atención de las Naciones Unidas, que expresaron su preocupación por posibles violaciones de la soberanía indígena.
Greenpeace sostiene que solo jugó un papel pequeño y pacífico en el movimiento liderado por nativos americanos.