Pero informaron que la fisioterapia sigue adelante, tanto la motriz como la respiratoria.
Parece que por fin se tienen excelentes noticias del estado de salud del Papa Francisco, que sigue mejorando además de suspenderle la ventilación mecánica no invasiva, la máscara de oxígeno que utilizaba por las noches en el hospital Gemelli de Roma, mientras que la infección está bajo control, tras 34 días ingresado.
“Se confirma que las condiciones clínicas del Santo Padre están mejorando”, indica este miércoles el último parte médico, que señala además que el papa “suspendió la ventilación mecánica no invasiva y también redujo la necesidad de oxigenoterapia de alto flujo”, con cánulas nasales.
Asimismo continúan los avances en la fisioterapia motora y respiratoria, indica el comunicado.
Varias fuentes vaticanas explicaron además que tanto la infección polimicrobiana que le llevó al hospital como la neumonía bilateral que se le descubrió después están bajo control, aunque no eliminadas, en tanto que los valores clínicos están dentro de lo normal. Destacaron también que el papa sigue sin fiebre y que los análisis de sangre son buenos.
El Vaticano reveló que Francisco, de 88 años y que está ingresado desde el 14 de febrero en el Gemelli, concelebró la misa ayer miércoles en la festividad de San José, en la que se celebra el Día del Padre en numerosos países.
La terapia del pontífice consistía en recibir altos flujos de oxígeno durante el día con cánulas nasales que eran sustituidas por la noche por la máscara, algo que ya no necesita, lo que evidentemente es un elemento positivo, según las fuentes.
Preguntadas sobre las celebraciones de Semana Santa y las especulaciones de algunos medios, como que el secretario de Estado, Pietro Parolin, pudiera reemplazar a Francisco, las fuentes dijeron que por ahora se trata solo de hipótesis.
Ingresado a causa de una neumonía bilateral y, tras pasar por cuatro crisis difíciles durante su hospitalización, en las últimas semanas el papa ha experimentado una lenta y gradual mejoría y ya no corre “peligro inminente”.
El papa animó en el mensaje a los jóvenes a descubrir la vocación pues “una llamada a salir de sí mismo para emprender un camino de amor y de servicio”.