París es escenario la noche de este jueves de una manifestación contra la aprobación por el Gobierno de la reforma de las pensiones sin haberla sometido a la votación en la Asamblea Nacional.
En la Plaza de la Concordia ya se registraron episodios de tensión con la Policía, que recurrió al uso de bombas de humo, gases lacrimógenos y cañones de agua contra los manifestantes. Los agentes ya procedieron a dispersar a la multitud.
Según los últimos datos policiales, hasta el momento se han practicado un total de 120 detenciones en la plaza de la Concordia. Cerca del lugar principal de la concentración, los manifestantes prendieron fuego a basura, a varios coches y otros objetos.
Paralelamente, más de mil personas tomaron la plaza Félix Baret en la ciudad de Marsella para expresar su descontento tras el avance de la reforma. Durante la jornada, también se organizaron concentraciones en Grenoble, Burdeos, Bayona, Hendaya, Lyon, entre otras ciudades.
Mientras, desde la Confederación General de Trabajo (CGT) ya anunciaron la convocatoria de una nueva jornada de protestas para el próximo jueves, 23 de marzo, así como a mítines sindicales este fin de semana para reiterar la reivindicación de la retirada total de la reforma, recoge BFMTV.
Los recolectores de basura de París (Francia) se enfrentaron este jueves con la Policía en una nueva jornada de protestas en rechazo a la reforma de pensiones del Gobierno de Emmanuel Macron.
Los miembros del gremio y otros activistas bloquearon un sitio de recolección de basura de la capital francesa y las fuerzas policiales utilizaron gases lacrimógenos.
En el decimoprimer día de huelga de los recolectores, en las calles de la capital francesa ya se han acumulado 9.400 toneladas de basura, informa la prensa local.
Esta jornada el Consejo de Ministros celebró una reunión de emergencia para activar el artículo 49.3 de la Constitución, que hace posible que se adopte un texto sin voto de los parlamentarios, para aprobar la reforma de jubilación.
Por su parte, el presidente Emmanuel Macron, defendió la reforma, presentada el 10 de enero y que prevé el aumento paulatino de la edad de jubilación a partir del 1 de septiembre de 2023 hasta alcanzar los 64 años de edad en 2030. En su defensa de la medida, el mandatario dijo que su Ejecutivo no puede “jugar con el futuro del país”.
Desde sectores de la oposición ya se han elevado voces contra del uso del artículo 49.3, que -aseguran- demuestra que el Gobierno no goza de la mayoría para aprobar la ley en el Parlamento. En particular, la líder de la derecha francesa, Marine Le Pen, exigió la dimisión de la primera ministra Élisabeth Borne, al tiempo que advirtió que presentarán una moción de censura.