El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, ha declarado que su país tiene que “infundir miedo en sus enemigos” y “reforzar irreversiblemente la disuasión de la guerra nuclear”, informó este viernes la Agencia Telegráfica Central de Corea (ATCC).
El medio confirmó que este jueves el mandatario norcoreano dirigió el lanzamiento de un misil balístico intercontinental Hwasongpho-17 que aterrizó con precisión en un área preestablecida situada en aguas abiertas frente al mar de Japón.
Desde la ATCC señalan que el lanzamiento cumplió con éxito sus objetivos, confirmando la preparación y fiabilidad del proyectil para un conflicto bélico, así como la capacidad disuasoria de una guerra nuclear por parte de Corea del Norte. Asimismo, precisan que el lanzamiento no tuvo un impacto negativo en la seguridad de los países vecinos.
Según la agencia, el líder norcoreano expresó su “gran satisfacción” por una prueba que —en su opinión— demostró claramente una vez más la “convicción y la garantía de los sistemas operativos de las fuerzas estratégicas nucleares” norcoreanas “en rápido desarrollo”.
Asimismo, Kim indicó que su “orientación y línea de acción para hacer frente al entorno de seguridad a largo plazo del Estado y la amenaza de los enemigos siguen siendo inmutables”. En este sentido, recalcó la necesidad de “infundir miedo en los enemigos”, así como de “realmente disuadir un conflicto bélico y garantizar de manera segura la vida pacífica de su pueblo y su lucha por la construcción socialista reforzando irreversiblemente la disuasión de la guerra nuclear”.
Por otra parte, insistió en que Pionyang quiere que Washington y Seúl —a los que acusa de mostrar “abierta hostilidad” hacia su país, y de realizar frecuentes ejercicios militares a gran escala en y alrededor de la península de Corea—, “se den cuenta de que sus movimientos militares persistentes y ampliados contra Corea del Norte traerán una amenaza grave e irreversible para ellos”.
Tras recalcar que Corea del Norte reaccionará a las armas nucleares con el uso de las mismas, pidió “mantener de manera estricta la postura de respuesta rápida de las fuerzas estratégicas” con la finalidad de hacer frente a cualquier posible guerra que pueda desatarse en el futuro.
El lanzamiento de este jueves tuvo lugar horas antes de que el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, y el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, celebraran una cumbre en Tokio para discutir las “amenazas” nucleares y de misiles de Pionyang, así como otros desafíos comunes.
La prueba coincide con los ejercicios conjuntos que desarrollan Seúl y Washington bajo la denominación Freedom Shield (escudo de libertad, en inglés), que Corea del Norte ve como “preparativos para una guerra de agresión” en su contra.
Yoon advirtió que las “temerarias provocaciones” de Pionyang tendrán consecuencias negativas e instó a las Fuerzas Armadas surcoreanas a “llevar a cabo a fondo los ejercicios conjuntos Freedom Shield en curso, manteniendo una firme postura de defensa conjunta” con EE.UU., a fin de “disuadir cualquier amenaza norcoreana”.
El jueves de la semana pasada, Pionyang realizó un “simulacro de asalto con fuego” seguido, tres días después, del lanzamiento de dos “misiles de crucero estratégicos” desde un submarino en dirección al mar de Japón.
Asimismo, el país asiático lanzó este martes dos misiles balísticos tácticos tierra-tierra de medio alcance hacia el mar de Japón. Los proyectiles autopropulsados fueron lanzados desde el condado de Changyon, en la provincia de Hwanghae del Sur, y alcanzaron con precisión el islote Phi, situado en las aguas de Pangjin-dong, a 611,4 kilómetros de distancia.