Científicos chinos planean construir el telescopio de neutrinos submarino más grande del mundo con el objetivo de conocer la radiación cósmica. El proyecto tendrá un costo de 300 millones de dólares y contará con más de 55.000 detectores, a lo largo de 30 kilómetros cúbicos, que buscarán rastros de neutrinos cósmicos, partículas subatómicas diminutas que transportan mensajes clave del universo distante.
Por el momento no se decidió el sitio en el que el observatorio será construido. Sin embargo, una de las ubicaciones preferidas es el lago Baikal, en Rusia, así como el mar de la China Meridional. “Tenemos planes de reunirnos con científicos rusos en agosto y probar la primera serie de detectores en el lago el próximo año”, indicó Cao.
Los científicos en Rusia están “sin duda” dispuestos a colaborar con sus colegas chinos, expresó Grigory Domogatsky, del Instituto de Investigación Nuclear de la Academia Rusa de Ciencias en Moscú.
Existen dos telescopios de este tipo operando en el mundo hoy en día: el Baikal-GVD, de 0,5 km cúbicos y liderado por Rusia, y el IceCube, de 1 km cúbico y administrado por EE.UU. en la Antártida. Se está construyendo un tercero en el mar Mediterráneo.
Si bien hay planes para expandir los volúmenes de IceCube y GVD a aproximadamente 8 km cúbicos, Cao y su equipo estimaron que se necesitaba un volumen de detección mínimo de 30 km cúbicos si los científicos quieren observar y confirmar la fuente de un evento de neutrino cósmico en los próximos años.
Los neutrinos, cuya existencia se confirmó experimentalmente en 1956, están directamente relacionados con la búsqueda de la nueva física, que va más allá de la física del modelo estándar.
Se cree que la mayor fuente de neutrinos son las reacciones que ocurren en el interior del Sol, que cada segundo lanza torrentes de estas partículas hacia la Tierra. Otros neutrinos, con una energía extremadamente alta y muy difíciles de detectar, provienen de eventos cósmicos increíblemente potentes.
Los neutrinos son ‘partículas fantasma’ extremadamente pequeñas presentes en todo el universo. El apodo lo reciben por su capacidad para atravesar cualquier objeto prácticamente sin interactuar con la materia.
Es por eso que la probabilidad de que un neutrino, o incluso un gran número de neutrinos, choque con un átomo es increíblemente pequeña. Pero con la ayuda de un gran detector y un enorme flujo de neutrinos, podríamos obtener una tasa de colisión bastante vigorosa, de varios casos por día, por hora o por minuto.
Los neutrinos rara vez interactúan con la materia normal, por lo que la mejor forma de atraparlos es con la construcción de grandes detectores en agua limpia o hielo transparente.