Los cancilleres árabes decidieron unánimemente este domingo reintegrar al régimen sirio en la Liga Árabe, después de excluirlo en 2011 debido a la represión de un levantamiento popular, que degeneró en una larga y sangrienta guerra.
Esta decisión se produce en un contexto de reconciliación entre Arabia Saudita e Irán y en un momento en el que el presidente sirio, Bashar al Assad, necesita imperiosamente fondos para la reconstrucción del país.
“Las delegaciones del gobierno de la República Siria Árabe volverán a participar en las reuniones de la Liga Árabe”, indica el texto votado por todos los ministros en una reunión a puerta cerrada en la sede del organismo en El Cairo.
Aislado diplomáticamente desde 2011, el presidente sirio salió recientemente de su estatus de persona non grata y algunos observadores creen que podría incluso asistir el 19 de mayo en Arabia Saudita a la cumbre anual de los jefes de Estado de la Liga Árabe.
Al Asad es “el bienvenido si quiere” a la cumbre en Yeda, precisó el secretario general de la organización, Ahmed Aboul-Gheit.
Damasco indicó querer “dialogar” y “reforzar la cooperación” en una región que condenó al país al ostracismo a partir de 2011.
El conflicto en Siria dejó desde 2011 cerca de medio millón de muertos y millones de refugiados y desplazados.
Damasco indicó querer “dialogar” y “reforzar la cooperación” en una región que condenó al país al ostracismo a partir de 2011.
El conflicto en Siria dejó desde 2011 cerca de medio millón de muertos y millones de refugiados y desplazados.
La normalización, que se anunciaba desde hacía meses, se vio favorecida por la solidaridad internacional ante los efectos del devastador sismo del 6 de febrero, que dejó más de 50.000 muertos entre Turquía y Siria.
Pero, a nivel diplomático, el gran catalizador fue la reconciliación en marzo entre Arabia Saudita, la gran potencia regional sunita, e Irán, potencia chiita, gracias a una mediación de Beijing.
Pocos días después, el 12 de abril, el canciller sirio realizó una visita sorpresa a Arabia Saudita, la primera desde el inicio del conflicto.
Fuera de la Liga Árabe, Turquía, otro país que prestó un apoyo importante a la oposición anti Asad desde 2011, se acercó también a Damasco, con una reunión entre los ministros turco y sirio de Defensa a fines de 2022 en Moscú.
Damasco apuesta ahora por una plena normalización con los países árabes, en particular las ricas monarquías del Golfo, que antaño fueron aliadas de la oposición a Assad. Con ellas cuenta para poder financiar la costosa reconstrucción del país, devastado por más de diez años de contienda.