El jefe de los mercenarios rusos, Yevgeny Prigozhin, apareció este miércoles en un video dando la bienvenida a Bielorrusia a sus combatientes del Grupo Wagner, a quienes les informó que por ahora no tomarán parte en la guerra de Ucrania.
En el video, difundido en canales del grupo mercenario, se escucha a un hombre cuya voz y ruso suenan como los de Prigozhin saludando a la formación. “Bienvenidos muchachos… Bienvenidos a suelo bielorruso”, dijo Prigozhin. El vídeo se grabó cuando ya había caído la noche y sólo era posible distinguir lo que parecía el perfil de Prigozhin.
“Hemos luchado honorablemente”, dijo Prigozhin. “Han hecho mucho por Rusia. Lo que ocurre en el frente es una desgracia en la que no tenemos por qué involucrarnos”.
Prigozhin dice entonces a sus hombres que se comporten bien con los lugareños y les ordena entrenar al ejército bielorruso y reunir fuerzas para un “nuevo viaje a África”.
“Y tal vez volvamos a la SMO (operación militar especial en Ucrania) en algún momento, cuando estemos seguros de que no nos veremos obligados a avergonzarnos”, dijo Prigozhin.
Según añadió, planea estar en Bielorrusia un tiempo, durante el cual entrenaría con el ejército nacional. “Y si es necesario, daremos la cara por ellos”, apuntó.
Un hombre que sonaba como Dmitry Utkin, que ayudó a fundar al Grupo Wagner, se dirigió entonces a los hombres. “Esto no es el final. Esto es sólo el principio de la mayor obra del mundo que se llevará a cabo muy pronto”, dijo Utkin, antes de cambiar al inglés. “¡Y bienvenidos al infierno!”
Entre 2.000 y 2.500 mercenarios del Grupo Wagner, que el 23 y 24 de junio protagonizó una rebelión armada en Rusia, han llegado a Bielorrusia de manera organizada desde el pasado día 11, según estimaciones del portal opositor bielorruso MotolkoPomogui.
Según MotolkoPomogui, los wagneritas llegaron en cerca de 400 vehículos. Solo el día 18, añade el portal, se detectó la llegada de dos columnas, integradas en total por entre 170 y 185 automóviles de distinto tipo.
La rebelión armada del Grupo Wagner fue frenada cuando los sublevados avanzaban hacia Moscú gracias a un acuerdo entre Prigozhin y el Kremlin alcanzado con la mediación del presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko.
En virtud del acuerdo, el presidente ruso, Vladimir Putin, dio tres salidas a los mercenarios: regresar a sus casas, irse a Bielorrusia o firmar un contrato con el Ministerio de Defensa u otras agencias de seguridad del país para subordinarse al ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, y al jefe del Estado Mayor General, Valeri Guerásimov.
El Grupo Wagner ya ha transferido al Ministerio de Defensa de Rusia más de 2.000 equipos bélicos y armas, incluidos tanques y sistemas de lanzamiento múltiple de misiles.