Xi envió al vicepresidente Han Zheng a pronunciar una declaración política en la reunión de líderes de la Asamblea General que cubría las posiciones habituales del gobierno con un lenguaje familiar, pero parecía centrarse en la construcción de coaliciones en torno a su enfoque del desarrollo y las relaciones internacionales.
China se presentó ante los líderes mundiales reunidos que se considera parte del Sur Global, diciendo que se identifica con los objetivos y desafíos de las naciones menos desarrolladas y ofreciéndoles una alternativa a lo que durante mucho tiempo ha llamado “hegemonía occidental”. El mensaje provino de un funcionario de segundo nivel después de que el poderoso presidente del país, Xi Jinping, faltara nuevamente a la reunión anual de la ONU.
El término vagamente definido “Sur Global”, que con frecuencia identifica las naciones de todo el mundo que están menos desenrolladas y menos ricas de lo que normalmente se han llamado “naciones del primer mundo”, no se encuentran necesariamente en el hemisferio sur; muchos, de hecho, no lo son.
Los líderes de varias naciones en desarrollo más grandes, incluidos Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil y Narendra Modi de India, se han presentado últimamente como líderes en torno a quienes el Sur Global podría unirse.
China también se ha desempeñado vagamente en un papel similar durante más de una década, y más aún desde que Xi lanzó la “Iniciativa de la Franja y la Ruta” para impulsar el desarrollo, la infraestructura y la influencia de China en otras naciones, en particular en el desarrollo. El extenso proyecto ha sido ampliamento promocionado pero ha encontrado obstáculos en el camino.
“China”, prometió Han, “seguirá siendo miembro de la gran familia de países en desarrollo”.
China se beneficia de la asociación con el Sur Global, lo que le permite diseñar declaraciones como si hablaran en nombre de muchas naciones, naciones que tal vez no sean lo suficientemente fuertes como para objetar si un gobierno tan poderoso las caracteriza erróneamente.
La presencia de Han Zheng en las Naciones Unidas se produjo en un momento en que la operación diplomática de China parece estar un poco desordenada.
Muchos esperaban que el ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, asistiera a la Asamblea General y posiblemente allanara el camino para una reunión entre Xi y Biden.
Sin embargo Han Zheng cubrió en su discurso los temas habituales de China: reiteró que Taiwán, aún con su propio gobierno independiente, es históricamente parte de China; el hecho de que su páis apoyaba los derechos humanos “adecuados a nuestras condiciones nacionales en respuesta a las necesidades de nuestro pueblo”; instó a un alto el fuego y conversaciones de paz como el único camino para poner fin a la guerra en Ucrania.