Los estados australianos de Nueva Gales del Sur y Victoria han descartado este jueves celebrar funerales con honores para el cardenal australiano George Pell, condenado y luego absuelto de pederastia, por respeto a las víctimas supervivientes del abuso sexual infantil en la Iglesia católica.
“No habrá servicio conmemorativo ni funeral de Estado porque eso sería algo muy angustioso para cada víctima superviviente del abuso sexual infantil en la Iglesia católica” australiana, subrayó Daniel Andrews, gobernador del estado de Victoria, de donde Pell era originario y donde se cometieron numerosos abusos a menores cuando ejercía allí como sacerdote.
Por su parte, el gobernador de Nueva Gales del Sur, Dominic Perrottet, confirmó que tampoco se celebrará un funeral de Estado en ese territorio para el cardenal fallecido la noche del martes, e informó de que simplemente habrá un servicio religioso que está siendo organizado por la archidiócesis, sin fecha de momento.
El purpurado australiano, nombrado en 2014 prefecto de la Economía del Vaticano, falleció en Roma, donde se celebrará una misa en su honor antes de ser repatriado a Australia.
Otrora celebrado en su estado natal de Victoria, fue el católico de más alto rango en ser encarcelado por abuso sexual de menores antes de que sus condenas fueran anuladas en apelación.
Pell nació en Ballarat, a unos 110 kilómetros al oeste de Melbourne -capital de Victoria-, y regresó a la ciudad para ser sacerdote y comenzar su larga carrera que lo llevó al arzobispado de Melbourne (1996) y Sídney (2001).
Una comisión gubernamental que estudió los abusos cometidos por religiosos indicó, en 2015, que hasta 14 sacerdotes en Ballarat habían abusado sexualmente de niños y que hubo al menos 130 denuncias fundamentadas desde 1980.
Esta investigación oficial, que recibió unas 4.500 quejas contra más de 1.800 religiosos por abusos sexuales cometidos en el país entre 1985 y 2015, determinó en 2017 que Pell era “consciente” del problema en la Iglesia.
Algo que el cardenal siempre negó, a pesar de reconocer que en la década de 1980 existía “un mundo de crímenes y encubrimientos” en la Iglesia católica para proteger la institución.
Pell se trasladó voluntariamente a Australia en 2016 para enfrentar los cargos de haber abusado de dos niños de 13 años en la década de 1990.
En 2019 fue sentenciado a seis años de prisión y registrado como agresor sexual. En abril de 2020, la Corte Suprema de Australia revocó su sentencia y lo absolvió. Meses después, Pell volvió a Roma, donde fue recibido por el papa Francisco en el Palacio Apostólico en octubre de 2020.
Ni las autoridades de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney, ni el Gobierno federal han anunciado un funeral de Estado para el religioso australiano.