El presidente palestino Mahmoud Abbas ha designado a su antiguo asesor económico como próximo primer ministro ante la presión de Estados Unidos para reformar la Autoridad Palestina como parte de la visión de posguerra de Washington para Gaza. Mohammad Mustafa, un economista educado en Estados Unidos y político independiente, encabezará un gobierno tecnocrático en la Cisjordania ocupada por Israel que potencialmente podría administrar Gaza antes de una eventual creación de un Estado. Pero esos planes enfrentan obstáculos importantes, incluida la fuerte oposición del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y la guerra entre Israel y Hamás que aún continúa sin un final a la vista.
No está claro si el nombramiento de un nuevo gabinete encabezado por un aliado cercano de Abbas sería suficiente para satisfacer las demandas de reforma de Estados Unidos, ya que el presidente de 88 años mantendría el control general.
Mustafa es un hombre respetado y educado, pero tendrá dificultades para satisfacer las demandas públicas de mejorar las condiciones en la ocupada Cisjordania, donde las restricciones israelíes impuestas desde el inicio de la guerra han provocado una crisis económica.
En una declaración anunciando el nombramiento, Abbas pidió a Mustafa que elaborara planes para reunificar la administración en Cisjordania y Gaza, liderar reformas en el gobierno, los servicios de seguridad y la economía y luchar contra la corrupción.
El anterior primer ministro, Mohammad Shtayyeh, renunció junto con su gobierno el mes pasado, diciendo que se necesitaban acuerdos diferentes debido a la nueva realidad en la Franja de Gaza.
Abbas es profundamente impopular entre los palestinos, muchos de los cuales ven a la Autoridad Palestina como poco más que un subcontratista de la ocupación porque coopera con Israel en cuestiones de seguridad. Su mandato terminó en 2009, pero se ha negado a celebrar elecciones, culpando a las restricciones israelíes. Hamás obtuvo una victoria aplastante en las últimas elecciones parlamentarias, en 2006. Aunque Israel y los países occidentales lo consideran un grupo terrorista, Hamás probablemente obtendría buenos resultados en cualquier votación libre y justa.
Abbas, a diferencia de sus rivales de Hamás, reconoce a Israel, ha renunciado a la lucha armada y está comprometido con una solución negociada que crearía un Estado palestino independiente junto a Israel. Ese objetivo es compartido por la comunidad internacional.