Kuwait celebró elecciones nacionales el jueves por cuarta vez en tantos años, mientras el país rico en petróleo busca salir de su prolongado estancamiento político.
La asamblea electa del país del Golfo Pérsico tiene más poder que la mayoría en el mundo árabe, pero ha estado durante mucho tiempo en desacuerdo con el gobierno, que es designado por la familia real.
Se trata de las primeras elecciones desde que el jeque Meshal Al Ahmad Al Jaber, de 83 años, asumió el poder tras la muerte de su medio hermano en diciembre. El nuevo emir disolvió el parlamento en febrero después de que, según informes, un legislador lo insultara.
Los votantes elegirán entre 200 candidatos para cubrir 50 escaños en la asamblea. No hay partidos políticos.
Las disputas políticas internas han estado afectando a Kuwait durante años, incluyendo cambios en el sistema de bienestar social, que impidieron que el jeque se endeudara. Eso lo ha dejado con poco en sus arcas para pagar los inflados salarios del sector público, a pesar de generar una inmensa riqueza a partir de sus reservas de petróleo.
El Parlamento ha sido disuelto repetidamente después de no poder avanzar.
Kuwait, una nación con unos 4,2 millones de habitantes que es un poco más pequeña que el estado estadounidense de Nueva Jersey, tiene la sexta mayor reserva de petróleo conocida del mundo.
Kuwait es el único entre los países árabes del Golfo que tiene un parlamento elegido democráticamente que ejerce algunos controles sobre la familia gobernante, que nombra al gobierno y puede disolver la asamblea a voluntad.