La organización de derechos humanos Cristosal dijo que al menos 261 personas han muerto en cárceles de El Salvador durante la represión de dos años y medio del presidente Nayib Bukele contra las pandillas callejeras.
Bajo un estado de emergencia declarado originalmente en 2022 y aún vigente, el gobierno de Bukele ha detenido a 81.110 presuntos pandilleros en redadas que, según los grupos de derechos humanos, a menudo son arbitrarias, basadas en la apariencia de una persona o en el lugar donde vive. El gobierno ha tenido que liberar a unas 7.000 personas por falta de pruebas.
El grupo dijo en un informe que, hasta el 15 de abril, 88 de las 261 muertes pudieron haber sido el resultado de un acto criminal, aunque no especificó cuáles pudieron haber sido esos actos.
El informe dijo que 87 de las muertes se debieron a enfermedades, 14 fueron aparentemente actos de violencia y no se pudo identificar de inmediato la causa de las otras 72.
“Han muerto personas en las prisiones y cárceles de El Salvador a causa de torturas, falta de alimentos, condiciones insalubres, falta de atención inhumana y tratos crueles, inhumanos y degradantes”, dijo la abogada Zaira Navas, autora del informe. “Existe una política deliberada de no proteger los derechos de las personas encarceladas”.
No hubo una reacción inmediata del gobierno al informe.
Si bien se acusa al gobierno de cometer abusos masivos contra los derechos humanos durante la represión, Bukele sigue siendo muy popular en El Salvador porque las tasas de homicidio cayeron drásticamente después de las detenciones. La nación centroamericana pasó de ser uno de los países más peligrosos del mundo a tener la tasa de homicidios más baja de la región.
Bukele aprovechó esa popularidad hasta la reelección en febrero, a pesar de que la constitución del país prohíbe segundos mandatos presidenciales.
En abril, un informe de la organización de derechos humanos Ayuda Legal Humanitaria estimó que al menos 241 personas habían muerto en las cárceles salvadoreñas desde el inicio de la represión.