El secretario general de la ONU se había mantenido hasta ahora neutral al no referirse a la política de aranceles impuesta por Trump.
El secretario general de la ONU, António Guterres, se refirió a la guerra comercial abierta por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con su política de aranceles generalizados y recordó que, si se entra en una guerra comercial, todo el mundo pierde.
En declaraciones y sin referirse por su nombre a Estados Unidos ni a su mandatario, Guterres subrayó que en el mundo actual: “Todo está interconectado, y una de las grandes ventajas de contar con una situación de libre comercio es que se crean condiciones para que todo el mundo se beneficie”.
Guterres había evitado referirse a la política de aranceles de Trump que ya ha tenido como principales víctimas las naciones con mayores intercambios comerciales con EU: sus vecinos, Canadá y México, seguidos por China y la Unión Europea.
La madrugada de este miércoles entró en vigor los aranceles al acero y el aluminio, en este caso de alcance mundial, que se suman a los impuestos a China (20%) y los impuestos a Canadá y México, del 25% para los productos no mencionados en el tratado tripartito de libre comercio T-MEC.
Quedan en suspenso las amenazas de extender ese 25% para sus dos vecinos a partir de abril.
Guterres había circunscrito la controversia arancelaria a una polémica que debía dirimirse dentro de los cauces de la Organización Mundial del Comercio.
El aumento de los aranceles del presidente Donald Trump a todas las importaciones estadounidenses de acero y aluminio entró en vigor este miércoles, lo que intensifica su campaña para reordenar las normas comerciales mundiales a favor de Estados Unidos, que ha provocado represalias inmediatas por parte de Europa.
La medida de Trump de aumentar las protecciones para los productores estadounidenses de acero y aluminio restablece aranceles globales efectivos del 25% sobre todas las importaciones de los metales y extiende los aranceles a cientos de productos derivados fabricados con los metales, desde tuercas y tornillos hasta cuchillas de excavadoras y latas de refresco.
La Comisión Europea respondió casi de inmediato con la imposición de aranceles a productos estadounidenses por valor de 26,000 millones de euros (28,000 millones de dólares) a partir del 1 de abril.